Entrevista a uno de los históricos del básquet de la Argentina: Esteban De la Fuente.
Vistió la celeste y blanca en la década del `90 en aquel recordado equipo de la “generación dorada". Actualmente trabaja para el Consejo de Deportes de Buenos Aires y anduvo por Misiones para brindar una clínica de básquet a los chicos de la tierra colorada. Aproveché la oportunidad para hablar con él y recordar históricas épocas de oro del básquet argentino.
El Seleccionado Nacional de Básquet siempre ha tenido grandes jugadores que dejaron huellas en distintas épocas. Actualmente, Luis Scola ha demostrado un nivel sobresaliente en el Mundial de Turquía o el propio Emanuel Ginóbili en la NBA. Retrocediendo en el tiempo, en 1990, la selección argentina de básquet dirigida por Carlos Boismené estaba compuesta por jugadores como Marcelo Milanesio, Héctor Campana, Gabriel Milovich y Diego Osella que disputaron el segundo mundial en nuestro país. Y quien también formó parte de aquel glorioso equipo fue Esteban De la Fuente, que recién comenzaba su carrera en la Selección.
Para ese entonces ya estaba afianzado en primera. Sólo se jugaba una liga en todo el país que era la Liga de Transición. Recién al año siguiente se jugaría la LNB (Liga Nacional de Básquet).
Su debut. De la Fuente debutó en 1984 cuando tenía quince años jugando para River Plate y al siguiente año, se dio el lujo de jugar la primera final de la historia de LNB frente a San Andrés. Ocurrió todo muy rápido porque al poco tiempo se le dio la chance de poder estar preseleccionado, y debutar así con la selección mayor de básquet. Además jugó en Estudiantes de Bahía Blanca, Independiente de Neuquén, pasó dos veces por Quilmes, Peñarol de Mar del Plata y Boca Juniors, en lo que fueron catorce temporadas en la Liga Nacional.
¿Cómo viviste tu convocatoria para el mundial en 1990?
Uno de mis anhelos era poder llegar a jugar en la selección y me fue muy grato el llamado. No era algo menor, era nada menos que un mundial.
¿Qué sentiste?
Un compromiso muy grande, lo viví con mucha intensidad. Pero me ayudó mucho los seis años de experiencia en primera división. Diego Osella tenía la misma edad que yo pero con menos años en primera y éramos los más chicos del grupo.
Osella, actual jugador de Excursionistas, figura en los récords de la Liga Nacional con la mayor cantidad de partidos jugados dejando atrás a Marcelo Milanesio. Además, posee el récord de puntos hechos redondeando los 10.000.
¿Qué recuerdos tenés de cuando jugabas en aquella selección?
Yo entré cuando se estaba terminando la “generación dorada”. Se me dio esa chance muy importante en el noventa para jugar en la selección con 22 años, era muy chico, tenía siete años en primera.
A sus cuarenta y dos años Esteban De la Fuente sigue más vigente que nunca en el deporte que más lo apasiona y lo consagró en la Argentina: el básquet. Hace dos años que se retiró y si bien hace más de seis meses que no dirige a un equipo en nuestro país, el entrenador y ahora también asesor clínico especializado en este deporte, está ejerciendo un puesto en el Consejo de Buenos Aires.
¿Pensás en volver a dirigir?
Por ahora no tengo en la cabeza dirigir pero si surge alguna posibilidad la voy a evaluar.
¿Cómo fue el haber descendido con Quilmes al Torneo Nacional de Ascenso?
Fue muy duro porque quiero mucho a ese club. Lo que más me dolió fue defraudarle a la gente que es hincha del club. Mi hijo es fanático de Quilmes y eso también me jugó en la cabeza.
Esteban De la Fuente dejó la conducción técnica de Quilmes en mayo pasado luego de dos años de trabajo en el club. Descendió a la segunda categoría del básquet argentino y hasta ahora no retomó esa actividad.
Cuando le consultamos sobre la clínica de básquet que está desarrollando en nuestras tierras nos dijo que el proyecto de él junto con el Consejo de Deportes consiste en brindar un perfeccionamiento para los posibles futuros jugadores, en este caso, de la capital misionera. Por eso brindó jornadas de entrenamiento en el Itapúa Tenis Club, los días jueves 9 y viernes 10 pasados.
“La idea es brindarles apoyo a los chicos a través de la experiencia mía. Poder contarles experiencias y aconsejarles para el futuro. Asisten chicos federados y no federados es decir, aquellos que están inscriptos en planteles y aquellos que no lo están. Para todos”.
¿Cómo surgió este proyecto?
Cuando uno arranca con esto es por el cariño que le agarra al deporte con el correr de los años. Después las ambiciones se empiezan a acrecentar.
¿Qué te gustaría transmitirle a los chicos?
Principalmente que estén más concentrados en el estudio y en la familia. Debemos transmitirles la pasión que nosotros tenemos por este deporte, pero eso se hace en la cancha. Si les decimos a los más chicos que van a ser futuros Ginóbili o Nocioni le estaríamos haciendo un gran daño. Tienen que empezar de abajo y sacarse la idea de estar en la elite del básquet.
¿Crees que hoy en día se apresuran?
Sí, porque se están perdiendo algunos valores. Pero siempre jugar en primera es uno de los anhelos que tienen los más chicos. También poder jugar en los seleccionados de su categoría.
¿Qué valores priorizás?
Creo que el trabajo también debe ser en conjunto con los padres que están detrás. Muchos presionan de más al chico para no sentirse ellos frustrados, o para la salvación económica de la familia.
¿Cómo era antes en ese aspecto?
En mi época había menos torneos dedicados a la formativa infantil, de cadetes. Ahora ya tenés torneos infantiles a partir de los trece. Antes vos tenías uno en cadetes, otro en juveniles y después ya venía la primera.
¿Qué opinás de los jugadores que tenemos actualmente en la Liga Argentina de Básquet?
En la Liga de Argentina ya no hay jugadores destacados. Después de la camada de Ginóbili y Nocioni no hubo. El último que se lució fue Luisito Scola con el que tuve la oportunidad de jugar en un Boca- Ferro en el 2001 cuando él jugaba para Ferro.
¿Ya estuviste en otros lugares de Misiones?
Sí, Iguazú fue impresionante. Fueron 400 chicos allá. La verdad que muy satisfechos.